La escoliosis
La escoliosis provoca una curvatura lateral en la columna vertebral. En un 80 por ciento de los casos se desconoce su causa, de ahí que su nombre científico sea el de escoliosis idiopática (idiopático significa desconocido) El resto de escoliosis diagnosticadas, el 20 por ciento, tiene su origen en anomalías congénitas y en otros problemas estructurales. Cada día son más los padres con hijos a los que se les ha diagnosticado este problema, que acuden a la consulta del quiropráctico en busca de soluciones.
La medicina ortopédica clásica sostiene que para corregir la curvatura de la columna, derivada de la escoliosis, son necesarios corsés y ejercicios. Los resultados de este tratamiento han demostrado ser poco efectivos. Además, como último recurso la ortopedia tradicional apuesta por la cirugía, una operación que consiste en fijar la columna con barras de acero, para dejarla recta pero inmóvil.
Para algunos doctores quiroprácticos, no es necesario corregir la curvatura, lo esencial es asegurar que esta curvatura no provoque interferencias nerviosas, (subluxaciones vertebrales) La escoliosis hace que la columna vertebral sea más propensa a subluxarse, por lo cual el cuidado quiropráctico es sumamente importante para mantener la columna vertebral flexible y el sistema nervioso libre de interferencias, a pesar de que la columna vertebral esté curvada. Como efecto secundario, el cuidado quiropráctico tiene un efecto muy positivo, ya que en muchos casos la escoliosis se reduce o se corrige.
Los quiroprácticos partidarios de la no rectificación de la curvatura de la columna, derivada de la escoliosis, citan y se basan en las estructuras de la naturaleza, argumentando que en ella no existen formas rectas. Así, si se observa con atención el tronco de los árboles vemos que está torcido para poder aguantar mejor el peso y el estrés de su entorno. Lo rígido se rompe. Lo flexible se adapta. Esta evidencia es válida también para nuestra columna vertebral.
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