domingo, 10 de enero de 2010

Ácidos Grasos Omega 3 y 6

Ácidos Grasos Omega 3 y 6


Los ácidos grasos omega-3 son una serie de sustancias grasas que tomamos en la dieta que pertenecen al grupo de los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs), y que están relacionadas con el ácido alfa-linolénico. Éste es un ácido graso de los llamados “esenciales” porque nuestro organismo es incapaz de fabricarlo, y tiene que ser tomado con el alimento. Los ácidos grasos omega-3 están implicados no sólo en la maduración y el crecimiento cerebral y retiniano del niño (por eso la leche materna lleva estos ácidos grasos), sino que intervienen en los procesos de inflamación, coagulación, presión arterial, órganos reproductivos y metabolismo graso.

¿Qué beneficios aportan para la salud cardiovascular?

El consumo en la alimentación de ácidos grasos esenciales, los omega-3 y los omega-6, en un adecuado equilibrio y cantidad contribuye a estabilizar el metabolismo de las grasas en el organismo, así como interviene en otros muchos procesos orgánicos. Gracias a ellos, el metabolismo de las grasas (concretamente del colesterol) su cantidad y su transporte se corrigen particularmente, reduciendo el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Concretamente intervienen en la reducción del colesterol transportado en lipoproteínas de baja densidad (sobre todo las partículas más pequeñas y densas, y de mayor peligro, el “colesterol malo” o LDL), y facilitando el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (el “colesterol bueno” o HDL) que limpia las arterias en vez de deteriorarlas. Tienen, además, un papel en el funcionamiento normal del endotelio (el tapizado interior de las arterias del organismo) en cuyo seno se producen las lesiones de la arteriosclerosis.

¿Qué son los ácidos omega-6?


Otros de los ácidos grasos esenciales son los llamados omega-6, que son derivados del ácido linoléico. Tienen importancia porque también son necesarios para nuestro organismo (que, además, no los puede sintetizar) y aparecen junto a los omega-3. Parecen tener, sin embargo, una cierta relación con la aparición de procesos inflamatorios y arteriosclerosos pues los favorece cuando la dieta es demasiado rica en ellos. Se suelen encontrar en aceites refinados de algunas semillas como la de girasol o de maíz. Pero lo realmente importante es que la dieta tenga cantidades equilibradas de ambos tipos de ácidos grasos esenciales, que en nuestro organismo compiten por las mismas enzimas. Un mal balance entre ellos puede favorecer los procesos inflamatorios.

¿Es cierto que los omega-3 combaten las arritmias cardiacas y la mortalidad por muerte súbita?

Según un reciente estudio realizado en Italia (GISSI-Prevenzione) los pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio y que tomaban pescado azul, de forma que ingerían más de 1 gramo diario de ácidos

grasos omega-3 morían menos por muerte súbita. La razón parece ser que viene mediado por la menor presencia de arritmias malignas observadas en los estudios realizados a esos pacientes tras su episodio coronario. El beneficio en cuanto a menor cantidad de arritmias y menos muertes súbitas ocurre incluso cuando no cambian las cifras de colesterol.


¿Qué efectos tienen los ácidos grasos omega-3 en la arteriosclerosis?

Un buen equilibrio en el aporte de ácidos grasos esenciales, y el aporte significativo de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas retarda la aparición de lesiones arterioesclerosas. Entre las varias capacidades de los ácidos omega-3 y las grasas insaturadas se cuenta con corregir el perfil de colesterol, favoreciendo que haya más colesterol bueno (HDL). También promueve que las partículas de LDL sean menos dañinas. Se ha observado que las dietas ricas en omega-3, especialmente de

cadena más larga, reducen la cantidad de triglicéridos en sangre. La toma de ácidos grasos poliinsaturados parece retrasar o corregir la aparición de diabetes del adulto, lo que reduce también, a su vez, el riesgo cardiovascular.


¿Es cierto que los omega-3 aumentan el colesterol bueno o, HDL?

El cambio en el metabolismo graso que induce la toma de ácidos poliinsaturados, especialmente los omega-3, parece que no solo reducen la cantidad de colesterol malo (LDL), sino que también eleva discretamente el HDL o colesterol bueno.

¿Para qué personas están indicados los omega-3?

Para todas. Los omega-3 deben ser ácidos grasos que estén presentes en la dieta de las personas dado que son esenciales para funciones básicas del organismo, y su déficit, impide el buen desarrollo de las funciones para las que son esenciales: metabolismo lipídico, modulación de procesos inflamatorios, coagulación sanguínea, función endotelial y presión sanguínea o reproducción entre otros.


¿Podría ser peligroso tomar omega-3 en exceso?

Los ácidos omega-3, y en general los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, deben ser aportados por la dieta y por los alimentos funcionales (los enriquecidos en ciertas sustancias o nutrientes), pero

no se ha demostrado que los suplementos nutricionales sean beneficiosos.

¿Y qué puede provocar una deficiencia en ácidos omega-3?

Más que una deficiencia en omega-3, la falta de aporte de estos ácidos grasos esenciales puede provocar un desequilibrio entre las cantidades de ácidos omega-3 y omega-6. Como son dos grupos de sustancias que compiten por las mismas enzimas y receptores en nuestro organismo, la prevalencia de los omega-6 sobre los omega-3 en la dieta pueden facilitar los procesos inflamatorios y arterioesclerosos.

Con las comidas rápidas que se imponen, ¿Los niveles de omega-3 llegan a las cantidades necesarias recomendadas?

La respuesta puede ser un poco ambigua. “depende”. Las dietas de comida rápida anglosajona son claramente deficitarias en omega-3. Sin embargo, las “comidas rápidas” mediterráneas, como el tapeo o las “picaditas”, no son así. Hay que atender siempre a la composición de la comida. La “nueva cocina rápida” que incluye pescado azul, frutas y verduras, harinas y gramíneas y una menor proporción de grasas saturadas y alimentos ricos en calorías y colesterol responde al interés de los ciudanos por su salud cardiovascular.


¿Las personas que consumen pescado azul con regularidad padecen menos enfermedades cardiacas?

¿Que cantidad es la recomendada?


Parece que el consumo regular de pescado azul protege contra las enfermedades cardiovasculares. La cantidad recomendable sería de entre 2 y 3 gramos semanales de ácidos grasos omega-3. Eso corresponde a tomar pescado azul como mínimo entre una a tres veces a la semana. Otros alimentos enriquecidos con ácidos omega-3 pueden acabar de redondear la cantidad necesaria a tomar.

Hay personas que no quieren tomar estas grasas pensando en el alto aporte calórico, ¿es cierto?

Podría ser cierto, pero la higiene de costumbres no sólo pasa por la toma de más ácidos omega-3, sino por un completo cambio de hábitos. Es preciso hacer una dieta más natural, más rica en pescados azules y en verduras y frutas frescas, en legumbres, pero sin perder de vista la carne, que también contiene nutrientes esenciales. Y junto a ello una adecuada actividad física, y evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y que en cambio, en pequeñas cantidades, y manteniendo

su origen natural, puede ser útil. El pequeño exceso de calorías que proporciona el pescado azul debe compensarse con unas costumbres más saludables, para obtener los máximos beneficios cardiovasculares.

¿Los pescados fritos son bajos en ácidos omega 3?

Los ácidos grasos poliinsaturados no se degradan por la fritura en cantidad suficiente como para hacer perder sus cualidades esenciales. De hecho, los procesos culinarios que envuelven al pescado azul en ningún caso revierten sus cualidades. Desde el pescado crudo del sashimi japonés o el marinado del smoergaosbord escandinavo, pasando por el escalfado, el asado, o el guisado del marmitako, el planchado, o el frito rebozado cuecen sin hacer desaparecer significativamente los nutrientes que nos ocupan. Incluso el pescado frito rebozado se fríe tradicionalmente en aceite de oliva a baja temperatura aportando además otro ácido graso monoinsaturado (el oleico) que refuerza en buena proporción el beneficio cardiovascular de la dieta.

Además de efectos cardiovasculares, ¿los ácidos omega-3 tienen alguna ventaja más?

Un buen número de investigaciones orientan a que pueden ser también útiles en enfermedades inflamatorias. De hecho parece que los tratamientos con cantidades elevadas de omega-3 reducen síntomas de la artritis reumatoide.También parece relacionarse con el desarrollo de diabetes, que podría aumentar si la dieta es demasiado pobre en omega-3. Y junto a ello, saber que están involucrados en el control de la tensión arterial y la coagulación sanguínea, entre otras funciones.



Fuente
Dr. Emilio Luengo
Cardiólogo
Presidente del grupo de trabajo de Dislipemias de la Sociedad Española de Cardiología
http://www.from.mapya.es/consumidores/capitulo4.pdf

Alergias e Intolerancias Alimentarias

Alergias e intolerancias alimentarias




1. Introducción

La mayoría de las personas pueden comer una gran variedad de alimentos sin problemas. No obstante, en un pequeño porcentaje de la población hay determinados alimentos o componentes de alimentos que pueden provocar reacciones adversas, que pueden ser desde pequeñas erupciones hasta reacciones alérgicas graves.

Las reacciones adversas a los alimentos pueden deberse a una alergia alimentaria o a una intolerancia alimentaria. Aunque una de cada tres personas creen que son "alérgicas" a algunos alimentos, la prevalencia real de la alergia alimentaria es tan sólo de un 2% en la población adulta. En la población infantil, la incidencia es superior al 3-7%, aunque la mayoría superan las alergias alimentarias antes de comenzar a ir al colegio.


2. ¿Qué diferencia hay entre alergia alimentaria e intolerancia alimentaria?

Las reacciones adversas a los alimentos se confunden frecuentemente con las alergias alimentarias. En muchos casos, dichas reacciones se deben a algún otro factor - quizás una intoxicación alimentaria, una aversión psicológica a un alimento, o una intolerancia a un ingrediente de un alimento.

La alergia alimentaria es una forma específica de intolerancia a un alimento o uno de sus componentes, que activa el sistema inmunológico. Un alérgeno (proteína del alimento causante, que en la mayoría de la gente no produce reacciones adversas) provoca una serie de reacciones en cadena en el sistema inmunológico, entre ellas la producción de anticuerpos. Dichos anticuerpos provocan la segregación de sustancias químicas, como la histamina, que produce varios síntomas, como picor, moqueo, tos o trastornos respiratorios. Frecuentemente, las alergias a los alimentos o a sus componentes se heredan, y normalmente se identifican en los primeros años de vida.

La intolerancia alimentaria afecta al metabolismo, pero no al sistema inmunológico del cuerpo. Un buen ejemplo es la intolerancia a la lactosa, que se da en ciertas personas por la carencia de una enzima digestiva llamada lactasa, que descompone el azúcar de la leche.


3. Alergia alimentaria

3.1. ¿En qué consiste una reacción alérgica?


El sistema inmunológico generalmente protege al cuerpo de las proteínas extrañas dañinas, generando una reacción para eliminarlas. La alergia se da esencialmente cuando el "sistema inmunológico no funciona bien", y percibe una sustancia normalmente inocua como si fuera una amenaza - un alérgeno -, y lo ataca con las defensas inmunológicas del cuerpo. Cuando hay una reacción alérgica real, el cuerpo produce anticuerpos (una proteína que específicamente se une a otra proteína llamada antígeno - en este caso el alérgeno - para neutralizarla y eliminarla del cuerpo). Los anticuerpos conocidos como inmunoglobulina E (IgE) reaccionan ante los alérgenos, y esto a su vez produce una reacción en los mastocitos (células de los tejidos) y los basófilos (un tipo de célula de la sangre). Los mastocitos se encuentran en la superficie de la piel y en las membranas mucosas de la nariz, del aparato respiratorio, los ojos y el intestino. Los mastocitos segregan una sustancia denominada histamina y otras, como leucotrienos y prostaglandinas, que provocan síntomas alérgicos, como los que se enumeran en la Tabla 1. Se producen reacciones adversas de forma inmediata, que normalmente son localizadas. Algunas reacciones alérgicas tardan horas o incluso días en desarrollarse desde el momento de la exposición a la proteína extraña. Normalmente se denominan "reacciones de hipersensibilidad retardada".

Afortunadamente, la mayoría de las reacciones alérgicas a los alimentos son relativamente leves, excepto en el caso de un número reducido de personas que experimentan una reacción grave con peligro de muerte, que se conoce como anafilaxis. Una reacción anafiláctica se puede producir a los pocos minutos de la exposición y requiere tratamiento médico inmediato. Los cacahuetes son uno de los alimentos que pueden provocar un "shock anafiláctico, que es una peligrosa reacción que se caracteriza por una caída súbita de la presión sanguínea y quien la sufre puede morir de una parada cardiaca, a no ser que se le administre inmediatamente adrenalina, para abrir las vías respiratorias.

Síntomas de las reacciones alérgicas a los alimentos:

Respiratorios:

•Moqueo o congestión nasal

•Estornudos

•Asma (dificultad para respirar)

•Tos

•Sibilancia

Cutáneos:

•Inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o la garganta (angioedema)

•Urticaria

•Erupciones o enrojecimiento

•Picazón (prurito)

•Eczema


Gastrointestinales:

•Dolor abdominal

•Diarrea

•Náuseas

•Vómitos

•Cólicos

•Hinchazón


Sistémicos:

•Shock anafiláctico (shock generalizado grave)

3.2. ¿Qué personas corren el riesgo de sufrir alergias alimentarias?

Conocer los antecedentes familiares es la mejor forma de poder predecir la posibilidad de que haya problemas provocados por alergias alimentarias. Los niños con una madre o un padre alérgico tienen el doble de posibilidades de desarrollar una alergia alimentaria, que los niños cuyos padres no padecen alergias. Si tanto el padre como la madre son alérgicos, el riesgo es de cuatro a seis veces mayor. Se ha demostrado que la lactancia materna reduce el riesgo de sufrir alergias alimentarias, en comparación con aquellos bebés que son alimentados con preparados para lactantes. Parece que la única manera de proteger en alguna medida a los niños que nacen en familias, en las que hay algún familiar directo que tenga alergias, es que se continúe con la lactancia materna durante 4-6 meses.

3.3. ¿Cuál es la prevalencia de las alergias alimentarias?

Se calcula que la prevalencia de las alergias alimentarias es mucho menor de lo que cree el público. Aunque una de cada tres personas afirma ser alérgica a algún alimento, la incidencia real es bastante baja. Hay pocos estudios que señalen cuál es la verdadera prevalencia de las alergias alimentarias, en los que se confirmen las reacciones alergias con una prueba de estimulación alimentaria a doble ciego.

Gracias a estos estudios, se ha estimado que el promedio de alergias alimentarias en la población adulta es aproximadamente de un 1-2%. La prevalencia es mayor entre los niños pequeños, y se calcula que un 3-7% sufren alergias. Afortunadamente entre el 80% y 90% superan estas alergias antes de los 3 años.. Mientras que las alergias al huevo y la leche de vaca pueden desaparecer, las alergias a los frutos secos, las legumbres, el pescado y el marisco suelen permanecer durante toda la vida del individuo.

3.4. ¿Qué alimentos suelen causar alergias alimentarias?

Aunque se pueden dar reacciones alérgicas a cualquier alimento o componente del mismo, algunas se dan con mayor frecuencia que otras. Los alérgenos alimenticios más comunes son la leche de vaca, los huevos, la soja, el trigo, los crustáceos, las frutas, los cacahuetes y los frutos secos, como las nueces.

3.4.1. Alergia a la proteína de la leche de vaca

La alergia a la proteína de la leche de vaca es más común en bebés y niños, especialmente cuando hay antecedentes familiares de alergia. Se da en un 0,5-4% de los bebés y su prevalencia disminuye con la edad. Los síntomas más comunes son los vómitos y la diarrea, aunque las reacciones adversas pueden variar de una persona a otra. Afortunadamente, las reacciones a la proteína de la leche vaca generalmente remiten pronto y la incidencia en niños de más edad y en adultos es mucho menor.

La alerginicidad de la leche de vaca se puede reducir mediante el uso de diferentes tratamientos en el procesamiento de los productos lácteos. El tratamiento térmico desnaturaliza algunas de las proteínas lácteas, reduciendo su alergenicidad. Por este motivo, algunas personas sensibles a la leche pueden tolerar productos con leche esterilizada o evaporada, pero no la leche pasteurizada. Otros procesos lácteos, como la degradación enzimática de las proteínas en péptidos, también pueden reducir la posible alergenicidad de las proteínas del lactosuero. En los productos fermentados, como el yogur, y en los quesos, la estructura de las proteínas lácteas no cambia mucho y por ello, conservan su alergenicidad.

Cuando se confirma un diagnóstico de alergia a la proteína de la leche, es importante asegurarse de que se mantiene una dieta equilibrada y saludable, especialmente durante el crecimiento y desarrollo de los niños. Es esencial contar con el asesoramiento de un dietista titulado para garantizar una ingesta óptima de nutrientes como el calcio, el magnesio, y las vitaminas A, D B2 y B12. El consumo de sardinas y salmón con espinas (en lata) y de verduras verdes cocidas, como el brócoli, ayuda a mantener las ingestas recomendadas de calcio.

3.4.2. Cacahuetes y frutos secos

La alergia a los frutos secos se considera una afección importante, ya que comienza a una edad temprana, dura toda la vida y puede ser fatal. Los cacahuetes, también conocidos como manises, y los frutos secos como las almendras, las castañas, las avellanas y las nueces pueden provocar síntomas, incluso aunque el contacto haya sido mínimo, con la piel intacta o por inhalación. La alergia leve a los frutos secos se puede limitar a una erupción, náuseas, dolor de cabeza y a la inflamación de la lengua y los labios, mientras que la alergia grave a los frutos secos y a los cacahuetes puede provocar un shock anafiláctico. Debido a la posible gravedad de los síntomas de la reacción alérgica a los frutos secos, aquellas personas que sufren dichas reacciones deberán evitar cualquier contacto con los mismos y llevar adrenalina en todo momento (para contrarrestar reacciones alérgicas graves)

3.4.3. Otros alérgenos alimentarios comunes

Otros alimentos que están más o menos asociados con las reacciones alérgicas son las frutas, las legumbres (incluida la soja), los huevos, los crustáceos (cangrejo, langosta, cigala y langostino), el pescado y las verduras, las semillas de sésamo, de girasol, de algodón, de amapola y la semilla de mostaza. La capacidad alergénica de algunos alérgenos alimenticios desaparece cuando se cocinan o se procesan, ya que se desnaturalizan las proteínas. Las técnicas de procesamiento más modernas, como los tratamientos de alta presión para alimentos, la fermentación y los tratamientos enzimáticos, pueden ayudar a reducir la alergenicidad de algunas proteínas alimenticias. También se pueden eliminar los alérgenos de los aceites mediante el refinado. Algunos de los problemas sin resolver en cuanto a alergias alimentarias están relacionados con la presencia en pequeñas cantidades de un determinado alérgeno en alimentos procesados o en platos consumidos fuera de casa.

4. Intolerancia alimentaria

La intolerancia alimentaria puede tener síntomas similares a los de una alergia (entre ellos náuseas, diarrea y dolor abdominal), sin embargo el sistema inmunológico no interviene en las reacciones que se producen de la misma manera. La intolerancia alimentaria se da cuando el cuerpo no puede digerir correctamente un alimento o uno de sus componentes. Mientras que las personas que tienen realmente alergias alimentarias necesitan generalmente eliminar el alimento causante de su dieta, las personas que sufren una intolerancia pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas, excepto en el caso de personas que sean sensibles al gluten o al sulfito.

4.1. ¿Cuáles son las causas más comunes de la intolerancia alimentaria?


Las dos causas más comunes de las intolerancias alimentarias son la lactosa y el gluten.

4.1.1. Intolerancia a la lactosa

La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche. Normalmente, la enzima lactasa, que está presente en el intestino delgado, descompone la lactosa en azúcares más simples (glucosa y galactosa), para que puedan ser absorbidos por el torrente sanguíneo. Cuando la actividad de la enzima es demasiado baja, la lactosa no se puede digerir, y pasa al intestino grueso, donde es fermentada por las bacterias de la flora intestinal. Esto puede provocar síntomas como flatulencia, dolor y diarrea.

Aunque la mayoría de la gente que proviene del Norte de Europa produce suficiente lactasa a lo largo de su vida, la deficiencia de lactasa es un fenómeno común en algunas razas de color y algunas personas de Oriente Medio, India y zonas de África, así como en sus descendientes. En realidad, aproximadamente un 70 por ciento de la población adulta del mundo no produce suficiente lactasa, y consecuentemente tiene algún grado de intolerancia a la lactosa. En Europa, la deficiencia de lactasa se da en cerca de un cinco por ciento de la población blanca, y en una proporción mucho mayor (entre el 50 y el 80 por ciento) en grupos étnicos.

La cantidad de leche y productos lácteos que puede producir síntomas de intolerancia varía mucho. Algunas personas que tienen una baja actividad intestinal de lactasa pueden tomarse un vaso de leche sin experimentar ninguna molestia. Igualmente, los quesos duros, debido a su contenido bajo en lactosa, y los productos de leche fermentada, como el yogur, normalmente son bien tolerados. Esto podría explicar por qué el consumo de productos lácteos cultivados y los yogures está tan extendido en zonas del mundo donde es común la deficiencia de lactasa. Además, se puede mejorar la tolerancia en personas sensibles, si se consumen alimentos que contienen lactosa como parte de las comidas, y se reduce la cantidad de alimentos ricos en lactosa que se ingieren de una sola vez.


4.1.2. Intolerancia al gluten

La intolerancia al gluten es un trastorno intestinal que se da cuando el cuerpo no puede tolerar el gluten (una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y las avenas, aunque existe controversia con respecto al papel de estas últimas y actualmente es objeto de investigación) La prevalencia de esta afección, también llamada enfermedad celíaca o enteropatía inducida por el gluten, está infravalorada. Los exámenes serológicos detectan una media de 1 caso por cada 100 personas, que de otra manera no son diagnosticadas, en la población europea (con variaciones regionales).

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente que se puede diagnosticar a cualquier edad. Si el enfermo consume alimentos que contienen gluten, la mucosa del intestino delgado queda dañada, y tiene menos capacidad para absorber nutrientes esenciales como las grasas, las proteínas, los carbohidratos, los minerales y las vitaminas. Entre sus síntomas destacan la diarrea, la pérdida de peso, la fatiga, la irritabilidad y el dolor abdominal. En los niños, se pueden dar síntomas de desnutrición, entre ellos problemas de crecimiento. Actualmente, la única forma de ayudar a los pacientes celiacos es proporcionarles una dieta sin gluten. Normalmente se pueden conseguir listas de alimentos sin gluten en los centros locales de información dietética y en las asociaciones de apoyo relacionadas con enfermedad celiaca. Cuando se elimina el gluten de la dieta, el intestino se regenera gradualmente, y desaparecen los síntomas.

En estos momentos se están realizando investigaciones para identificar la naturaleza y la secuencia exactas de aminoácidos del gluten que producen la enfermedad celíaca, y es posible que en un futuro esta información tenga importantes aplicaciones en la biotecnología y el desarrollo de cultivos de cereales que no causen intolerancia.

5. Aditivos alimentarios y reacciones adversas

Aunque los aditivos alimentarios no suponen ningún problema para la mayoría de la gente, un número reducido de personas con determinadas alergias pueden ser sensibles a algunos aditivos, como ciertos colorantes y sulfitos.

6. ¿Cómo se diagnostican la alergia alimentaria y la intolerancia alimentaria?

La alergia y la intolerancia alimentaria se pueden diagnosticar adecuadamente utilizando métodos de detección científicamente válidos. Si alguien piensa que puede estar sufriendo una respuesta alérgica a determinadas sustancias alimenticias, lo primero que debe hacer es ir al médico, para asegurarse de que los síntomas no se deben a otra enfermedad y para que éste remita al paciente a un dietista o un especialista en alergias.

El primer paso para llegar a un diagnóstico fiable es conseguir un historial detallado sobre los antecedentes médicos del paciente y de sus familiares. Hay que prestar especial atención al tipo de síntomas, su frecuencia y a si se dan cuando se consumen determinados alimentos. También se debe realizar un reconocimiento físico completo del paciente. Después, se pueden utilizar los siguientes métodos para detectar la enfermedad:


6.1. Pruebas cutáneas

Tomando como base el historial dietético, se incluyen en el panel utilizado para las prueba cutáneas los alimentos que se sospecha que pueden causar reacciones alérgicas. El valor de este tipo de pruebas es objeto de controversia y no se puede considerar que los resultados tengan una fiabilidad del 100%. Las pruebas consisten en colocar sobre la piel extractos de determinados alimentos, que se pinchan o se escarifican en la piel para observar si hay reacciones de escozor o hinchazón.

6.2. Dietas basadas en la eliminación de alimentos

Las dietas de eliminación consisten en suprimir de las mismas el alimento o la combinación de alimentos que están bajo sospecha durante las dos semanas anteriores a la estimulación alimentaria. Si desaparecen los síntomas durante este periodo de tiempo, se vuelven a añadir a la dieta los alimentos eliminados, en pequeña cantidades que se incrementan gradualmente hasta que se alcanza un consumo normal. Una vez verificados todos los alimentos que estaban bajo sospecha, se pueden evitar consumir aquellos que hayan causado problemas.


6.3. Pruebas RAST (radioalergosorbentes)

Estas pruebas consisten en mezclar en una probeta pequeñas muestras de la sangre del paciente con extractos de alimentos. En caso de una alergia real, la sangre produce anticuerpos, que pueden detectarse, para combatir la proteína extraña. La prueba sólo sirve como indicación de que existe una alergia y no determina el grado de sensibilidad al alimento causante.


6.4. Prueba de estimulación alimentaria a doble ciego

En esta prueba de alergia, se coloca el alérgeno bajo sospecha en una cápsula o se esconde en un alimento y se da de comer al paciente en condiciones clínicas estrictas. Estas pruebas permiten que los médicos especializados en alergias e intolerancias alimentarias identifiquen la mayoría de los alimentos y componentes alimenticios que causan efectos adversos.


El resto de las formas de verificar las alergias alimentarias no están probadas y pueden no tener ningún valor.

7. ¿Qué se puede hacer para prevenir alergias e intolerancias alimentarias?

Una vez que se ha realizado un examen completo para identificar de forma precisa los alimentos o componentes causantes, la única forma de prevenir las reacciones alérgicas en las personas sensibles es eliminar dicho alimento o componente de su dieta o de su entorno. En caso de intolerancia alimentaria, puede ser suficiente limitar el tamaño de las raciones que se consumen del alimento en cuestión, para evitar los síntomas. La mejor forma de protegerse es leer la información sobre los ingredientes de las etiquetas, y conocer qué alimentos provocan las alergias, la intolerancia o el asma.

Se puede pedir la ayuda profesional de un dietista titulado para asegurarse de que no se excluyen nutrientes de la dieta cuando se cambian o sustituyen alimentos. También es importante preguntar sobre los ingredientes y métodos culinarios empleados cuando se come fuera de casa, para evitar así los alimentos que causan problemas. Cuando una persona sale a comer fuera debe explicar su situación y sus necesidades al anfitrión o a la persona que sirve la comida. Si es necesario, hay que solicitar hablar con el chef o gerente del café o del restaurante.

En caso de dudas, se debe apostar por la seguridad y comer alimentos sencillos como carne a la parrilla, o llevar alimentos que haya preparado uno mismo. Hay que tener siempre un plan de respuesta rápida si una persona, está sufriendo una reacción alérgica grave y se debe llamar inmediatamente a un médico o una ambulancia.

8. ¿Qué responsabilidades tienen los fabricantes y minoristas de alimentos?

Hoy en día se reconoce que las alergias alimentarias son un tema importante en la seguridad alimentaria y la industria alimenticia debe procurar ayudar a aquellos que sufren alergias a seleccionar una dieta adecuada y fiable.

Los fabricantes tienen que utilizar buenos criterios a la hora de utilizar como ingredientes los principales alérgenos graves, avisar sobre la presencia o posible presencia de dichos alérgenos en los productos, y evitar la contaminación adventicia de los alimentos, con alérgenos que estén presentes en otros productos.

Estos temas se pueden solucionar si se siguen las Normas de Correcta Fabricación (Good Manufacturing Practices -(GMP), que incluyen la implementación de los sistemas de Análisis de Riesgos y Punto de Control Crítico (Hazard Análisis y Critical Control Point ,HACCP), que implican una estrecha cooperación con los proveedores de materias primas y otros puntos de la cadena de abastecimiento de alimentos. El desarrollo adecuado de fórmulas y controles asegura que el producto alimenticio preparado contiene sólo los ingredientes que se especifican en sus formulaciones. También se deben tomar precauciones para evitar el contacto de las materias durante el almacenamiento, manipulación y procesamiento de las mismas, cuando se utilizan equipos de producción compartidos.


9. ¿Qué está sucediendo en cuanto al etiquetado de posibles alérgenos en alimentos?

La Unión Europea está planteándose la manera adecuada de etiquetar los alérgenos, y mientras tanto muchos organismos nacionales han elaborado directrices para potenciar la adopción de las Normas GMP y para proporcionar información al consumidor.

La Comisión del Codex Alimentarius, la Comisión de la Unión Europea y otros organismos internacionales están estableciendo los criterios científicos para seleccionar qué alimentos alergénicos deben etiquetarse. Se han considerado como alérgenos graves los cacahuetes, los frutos secos, los crustáceos, el pescado, la soja, la leche de vaca, los huevos, el trigo y el sésamo (Comisión de la UE).

Aunque no existen disposiciones específicas en la legislación alimentaria de la UE, que exijan el etiquetado de los posibles alérgenos alimentarios, sí que hay requisitos generales relativos a la declaración de todos los ingredientes en la lista de ingredientes del producto. En estos momentos existen las siguientes excepciones a esta norma general:

•No es necesario que se enumeren en el etiquetado los ingredientes incluidos en la "norma del 25%". Este el caso de los ingredientes compuestos (que tienen un nombre común, pero están formados por varios ingredientes diferentes), que supongan menos del 25 por ciento del producto acabado;

•Los ingredientes "transferidos", como algunos aditivos que no desempeñan ninguna función tecnológica en el producto acabado, pero son transferidos a un alimento por uno de sus ingredientes;

•y algunos alimentos (p. Ej. algunos quesos y la mayoría de las bebidas alcohólicas).

De forma voluntaria algunos fabricantes y minoristas, ya declaran la mayoría de los alérgenos graves en las listas de ingredientes, incluso aunque estén presentes en muy bajas cantidades. Además, los productores de alimentos utilizan etiquetas, como las que indican 'puede contener', en productos en los que adventiciamente puede haber pequeñas cantidades de posibles alérgenos. No obstante, en respuesta a las constantes peticiones por parte de los consumidores de que se facilite mejor información en los productos que se adquieren, la Comisión ha dictado una propuesta de enmienda de la Directiva 2000/13/EC relativa al etiquetado de los productos alimenticios. Dicha propuesta modificará la "norma del 25%", lo que significa que será obligatorio que aparezcan en el etiquetado todos los ingredientes añadidos intencionadamente. La propuesta también establece el etiquetado obligatorio de todos los ingredientes que se sabe, gracias a los estudios científicos publicados, que pueden causar alergias. Con esta enmienda se pretende asegurar que haya una mejor información sobre los contenidos de los productos alimenticios, para que los consumidores con alergias sean capaces de identificar los ingredientes alrgénicos que puedan estar presentes en los mismos.

Algunos fabricantes y minoristas ponen a disposición de los consumidores listas de productos que no contienen determinados alérgenos, mediante folletos, líneas de atención al cliente y sitios web.


Bibliografía

* André, F.; André, C.; Colin, L.; Cacaraci, F.; Cavagna, S. (1994). Role of new allergens and of allergens consumption in the increased incidence of food sensitisations in France. Toxicology, 93:77-83.

* Barrie, S. (1999). Food allergies. In Textbook of Natural Medicine. Edited by Pizzorno, J. E. Jr and Murray, M. T. Second edition. Churchill Livingstone, London, pp 453-460.

* Blades, M. (1996). Food allergy and food intolerance. Food Science and Technology Today ,10(2):82-86.

* British Nutrition Foundation (2000). Food allergy and intolerance briefing paper. BNF, High Holborn House, 52-54 High Hollborn, London WC1V 6RQ, pp 1-33.

* Codex Alimentarius Commission (1998). Discussion paper on "Criteria for the selection of commonly allergic foods for labelling purposes". Docmument CX/FL 98/5-CRD, p16. 18th May.

* Hefle, S. L. (1996). The chemistry and biology of food allergens. Food Technology, March, 86-92.

* Henriksen, C., Eggesbo, M., Halvorsen. R., Botten, G. (2000). Nutrient intake among two-year-old children on cow's milk restricted diets. Acta Paediatrica, 89(3):272-278.

* Hourihane J.O, Bedwani S. J, Dean T. P., Warner J. O. (1997). Randomised, double-blind, crossover challenge study of allergenicity of peanut oils in subjects allergic to peanuts. British Medical Journal, 314:1084-1088.

* Institute of Food Science and Technology Position statement of food allergens. Food Science and Technology Today ,13(3):163-168.

* Institute of Food Science and Technology, UK (1988). Food and Drink Good Manufacturing Practice. 4th edition, chapter 30.

* International Life Sciences Institute (1994). Food allergy and other adverse reactions to food. Concise Monograph Series ILSI Europe, Avenue E. Mounier 83, Box 6, B-1200 Brussels, Belgium, pp 1-22.

* International Life Science Institute ILSI Europe (1998). Scientific criteria and the selection of allergenic foods for product labelling - Allergy European Journal of Allergy and Clinical Immunology - 47 (53)(Supplement):1-21.

* Isolauri, E., Sutas, Y., Salo, M.K., Isosomppi, R., Kaila, M. (1998). Elimination diet in cow's milk allergy: risk for impaired growth in young children. Journal of Paediatrics, 132:1004-1009.

* Lancet (1997). Supplement on asthma. 350(suppl. II):1-27.

* Luyt, D. (2000). Nut allergy in children: investigation and management. Journal of the Royal Society of Medicine, 93:283-288.

* Ministry of Agriculture, Fisheries and Food (1994). Food allergy and other unpleasant reactions to food. Food Sense Guide from the Food safety Directorate, pp 1-10.

* National Dairy Council (1994). Adverse reactions to food. Topical Update 2, pp 1-12, National Dairy Council, 5-7 John Princes Street, London W1M 0AP.

* Robinson, J. and Ferguson, A. (1992). Food sensitivity and the nervous system. Nutrition Research Reviews, 5:203-223.

* Scientific Committee for Food (1996). Report of the SCF on adverse reactions to food and food ingredients. pp 1-39.

* Warhurst, G. (2000). Do you go nuts about nuts? Food Science and Technology Today, 14(3):134-137.



THE BASICS 06/2006


Fuente
El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación
http://www.eufic.org/

Anorexia, Bulimia y Otros Trastornos

Anorexia, Bulimia y Otros Trastornos.



INTRODUCCIÓN


Prevención desde la familia y la escuela
A las puertas del siglo XXI una nueva epidemia se va extendiendo entre las sociedades industrializadas, y afecta sobre todo a adolescentes. Esta legión de personas que se va incrementando peligrosamente comienza a alarmar a especialistas en medicina, sociólogos, e incluso llega en forma de advertencia de su magnitud al Congreso y al Senado.

¿Qué nueva enfermedad es esta? ¿Cuáles son sus síntomas y cómo puede prevenirse?.

No está todavía registrada por la OMS en su conjunto, aunque si alguna de sus variables: Anorexia y Bulimia nerviosas, trastornos dismórficos, obsesivo compulsivos, problemas emocionales y de conducta...

En definitiva se trata de una obsesión moderna por la perfección del cuerpo, es la nueva "epidemia del culto al cuerpo".

Esta plaga de la búsqueda de la perfección tiene distintas formas de manifestarse y algunas de ellas difieren notablemente entre sí. Hay trastornos de tipo alimentario como la Anorexia y la Bulimia nerviosas, que vienen de la mano de la denominada "cultura de la delgadez". Otra como la Vigorexia es una obsesión en torno al culto del músculo. La dismorfia corporal conlleva una obsesión reiterada por alguna parte del cuerpo, aunque no exista ningún defecto.

Todos estos trastornos comparten varios síntomas en común, desear una imagen corporal perfecta y distorsionar la realidad frente al espejo. Esto ocurre porqué en las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de las sociedades desarrolladas. Es una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e incluso salud.

Así en una reciente encuesta realizada en EEUU a 30.000 personas y publicada en el Psichology Today se destaca que un 93 % de las mujeres y un 82 % de los varones interrogados están preocupados por su apariencia y trabajan para mejorarla.

Es abrumador el número de personas que desearían estar en el "cuerpo de otro". Según los expertos en psiquiatría desear una imagen perfecta o casi perfecta no implica padecer una enfermedad mental, sin embargo aumenta las posibilidades de que aparezca.

Y es en la adolescencia, cuando este tipo de obsesión se está convirtiendo en una pesadilla, ya que con una personalidad aún no configurada ni aceptada, con unos medios de comunicación que transmiten constantemente modelos de perfección y belleza, se sienten en la obligación de ser cuerpos "Danone" sacrificando su salud y llegando hasta las últimas consecuencias en sus conductas inadecuadas.

Voy a hablaros ahora de los trastornos de alimentación especialmente la Anorexia y Bulimia nerviosas, dando luego unos apuntes sobre la Vigorexia y los trastornos dismórficos corporales.

Es más preocupante el impacto que los trastornos alimentarios ejercen sobre las mujeres, aunque cada vez hay más hombres con estos. Respecto a la vigorexia es predominante en los varones, pero ya se están detectando casos de mujeres obsesionadas por el músculo. Y los trastornos dismórficos afectan por igual a ambos sexos.

Respecto a la prevención todo lo recogido para los trastornos alimentarios va a servir para los demás, en relación con el fomento de la autoestima y las habilidades sociales.

¿Qué son los trastornos de alimentación?

Los trastornos de alimentación son todos aquellos que se caracterizan por presentar alteraciones graves en la conducta alimentaria. Los más frecuentes son la anorexia y la bulimia nerviosas.


ANOREXIA NERVIOSA



La Anorexia nerviosa es una enfermedad mental que consiste en una pérdida de peso derivada de un intenso temor a la obesidad y conseguida por la propia persona que enferma a través de una serie de conductas.

Afecta preferentemente a mujeres jóvenes entre 14 y 18 años.



Los síntomas más frecuentes son:


miedo intenso a ganar peso, manteniéndolo por debajo del valor mínimo normal.

escasa ingesta de alimentos o dietas severas

imagen corporal distorsionada

sensación de estar gorda cuando se está delgada

gran pérdida de peso (frecuentemente en un período breve de tiempo)

sentimiento de culpa o desprecio por haber comido

hiperactividad y ejercicio físico excesivo

pérdida de la menstruación

excesiva sensibilidad al frío

cambios en el carácter (irritabilidad, tristeza, insomnio, etc.).



BULIMIA NERVIOSA


La Bulimia nerviosa es un trastorno mental que se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos en un corto espacio de tiempo en forma de "atracones" y una preocupación exagerada por el control del peso corporal que lleva a la persona afectada a adoptar conductas inadecuadas y peligrosas para su salud.

Afecta también mayoritariamente a mujeres jóvenes aunque algo mayores que en la anorexia.


Los síntomas más frecuentes son:

comer compulsivamente en forma de atracones y a escondidas

preocupación constante en torno a la comida y el peso

conductas inapropiadas para compensar la ingesta excesiva con el fin de no ganar peso: uso excesivo de fármacos, laxantes, diuréticos y vómitos autoprovocados.

el peso puede ser normal o incluso elevado

erosión del esmalte dental pudiendo llegar a la pérdida de piezas dentarias

cambios de carácter incluyendo: depresión, tristeza, sentimientos de culpabilidad y odio hacia una misma.

Aspectos socio-culturales y educativos de estos trastornos


Las conductas alimentarias en las personas están reguladas por mecanismos automáticos en el sistema nervioso central (SNC) . La sensación de hambre procede, tanto de estímulos metabólicos, como de receptores periféricos situados en la boca o el tubo digestivo. Se induce la sensación de apetito, que desencadena la conducta de alimentación. Al cesar los estímulos aparece la sensación de saciedad y se detiene el proceso. Las personas normales, en situación de no precariedad presentan unas reacciones adaptadas a los estímulos de hambre y de sed, con respuestas correctas hacia la saciedad.

Desde hace tiempo, el hipotálamo se reconoce como el lugar donde radican los centros del hambre y la saciedad, pero es a través de la corteza cerebral donde se establecen mecanismos mucho más complejos relacionados con la alimentación, que están vinculados a experiencias previas.

Este proceso puede parecer automático y elemental, sin embargo no sólo son aspectos biológicos los que condicionan la conducta alimentaria sino otros mucho más complejos relacionados con experiencias psicológicas (los sentimientos de seguridad, bienestar y afecto que se experimentan a través del pecho materno en la lactancia), sociales ya que desde siempre el acto de comer ha sido eminentemente social y culturales, ya que la forma de comer y las características de los alimentos definen a los diferentes grupos culturales. Así se habla de dieta mediterránea, comida americana, italiana, india..., platos típicos, menús tradicionales, incluso comida basura.

En la actualidad, el acto de comer sigue siendo un fenómeno de comunicación social. A través de la comida el grupo se siente cohesionado e identificado, en la mayoría de los actos sociales la comida ocupa un lugar preferente.

Haciendo historia de los trastornos alimentarios puede decirse que se recogen conductas alimentarias desordenadas desde la antigüedad y en los ágapes era frecuente recurrir al vómito provocado, pero para reiniciar la comilona. El comer abundantemente era privilegio de pocas personas, de ahí que el sobrepeso, la obesidad, era signo de salud, belleza y poder.

Las posibilidades de que este proceso natural de alimentarse se altere son múltiples. En unas ocasiones, la causa es física, enfermedades que dificultan el proceso de la alimentación o alteran el aprovechamiento normal de los alimentos; por último este proceso natural puede verse alterado por factores sociales: religión, cultura, status, moda etc...

Así existen otros trastornos importantes como pueden ser la obesidad o falta de apetito derivada de enfermedades que las podemos considerar físicas y otras enfermedades que son mentales y desencadenadas por una serie de factores psicológicos, socio-culturales y educativos.

A partir de esta alteración en la conducta alimentaria aparecen los trastornos de alimentación de los que estamos hablando y que son fundamentalmente la Anorexia y la Bulimia nerviosas, quizás los más conocidos y preocupantes y otros a los que me referiré brevemente:

Síndrome del gourmet: Las personas que lo padecen viven pendientes de la preparación, compra, presentación e ingestión de platos exquisitos. Han perdido interés en sus relaciones sociales, familiares y laborales. Se cree que es consecuencia de daños en el hemisferio derecho del cerebro: tumor, golpe hemiplejia... No suelen estar demasiado gordas ni les preocupa su obsesión. Los tratamientos son neurológicos y psiquiátricos.

Trastorno nocturno: Quienes lo sufren -del 1% al 3% de la población- se levantan a comer por la noche, aunque continúan dormidos. No son conscientes de lo que hacen y no recuerdan nada al despertar. Si les cuentan lo que han hecho, lo niegan rotundamente. A menudo, hacen régimen durante el día. También se da en personas alcohólicas, drogadictas y con trastornos de sueño... Les tratan en unidades de trastornos de sueño.

Pica: (de pica, "urraca", en latín). Las personas que padecen este trastorno se sienten impulsadas a ingerir sustancias no comestibles: tiza, arcilla, yeso, trocitos de pintura, almidón, óxido, ceniza...

Suele darse entre mujeres con tendencia histérica, embarazadas y como consecuencia de déficits alimentarios serios. También es un hábito cultural de ciertos pueblos.

Síndrome de Pradrer-Willy: Es un problema congénito asociado a un retraso mental. Si a las personas afectadas por el problema no se les controla el acceso a la comida, comen sin parar hasta que acaban muriendo. Parece estar relacionado con un mal funcionamiento del hipotálamo. El Prozac ayuda a controlar el problema, que no tiene cura de momento.

Comedoras compulsivas: Las personas que padecen este trastorno se dan frecuentes atracones, durante los cuales sienten que no pueden parar de comer. A menudo comen deprisa y a escondidas, o bien no dejan de comer y picar a lo largo de todo el día. Se sienten culpables y avergonzadas por su falta de control. Tienen todo un historial de fracaso con distintas dietas y regímenes. Suelen ser personas depresivas y obesas.

¿Por qué afectan mayoritariamente a las mujeres?

Existen casos dudosos de santas de la antigüedad que posiblemente padecieran anorexia nerviosa, pero al disfrazarse estas actitudes con una vida de penitencia y sacrificio solo nos hacen reflexionar sobre el hecho de que eran mujeres y jóvenes (Santa Wilgerfortis o Santa Liberata, Santa Catalina de Siena, Sor Juana Inés de la Cruz).

La descripción científica de estas enfermedades se remonta al año 1689 en que el Dr. Morton la denomina Consunción nerviosa, y en 1874 los doctores Gull en Londres y Lassegue en París hacen diagnóstico denominándolas Anorexia histérica y Apepsia histérica y señalando que eran consecuencia de interacciones centrales y hereditarias. Ya en esta época se referían a estos trastornos como propios de mujeres. Freud completó el cuadro con su descripción de las neurosis histéricas haciendo hipótesis psicológicas dentro de sus planteamientos psicoanalíticos y relacionando estos trastornos con la condición femenina (envidia del pene, pérdida de la líbido etc...).

En 1914 el doctor Simod describió este trastorno como Caquexia Hipofisiaria, señalando que era una enfermedad que afecta a mujeres que tras el parto comienzan a perder peso y mueren. En 1939 Otto Sheehan realizó el diagnóstico diferencial entre Caquexia Hipofisiaria y Anorexia nerviosa.

Para situarnos en el tema señalaré que es a partir de 1925 cuando los cánones de belleza femenina dan un giro importante, ya que con la desaparición total del corsé (se usó casi 4 siglos), la mujer comienza a mostrar su cuerpo de otra manera. En este año aparecen por primera vez los figurines de moda en los que se apunta una estilización progresiva, se acortan los vestidos, se enseñan las piernas y hay una supresión de curvas. Coincide con la incorporación de la mujer al deporte en la alta burguesía y comienza la moda de mujeres delgadas que incluso se vendaban el pecho para iniciar el sutil camino a la androginia.

Esta progresiva exhibición del cuerpo femenino es imparable y hace que la mujer se preocupe ya que comienza a ser observado y criticado. Sin embargo las modelos de belleza de los años cincuenta como Marilin Monroe o Ava Gadner siguen mostrando una mujer más llena de curvas, aunque no gorda.

Es a partir de los años 50 cuando la preocupación por los trastornos de alimentación es evidente porqué se empiezan a estudiar desde diferentes líneas, considerando no sólo los factores biológicos y psicológicos sino también los sociales y educativos que influyen en esta nueva cultura de la delgadez.

También el papel de la mujer es analizado a partir de los años 60, no sólo en relación con la moda, sino por el cambio social que se produce a partir de su incorporación masiva al mundo laboral. La ausencia de una persona que se responsabilice de los horarios de comida (papel tradicionalmente atribuido a la madre) la desaparición del hábito de comer en familia, la supresión de la merienda y la cena se destacan como factores que pueden conducir a una dieta errónea.

Vemos como estos trastornos de la conducta alimentaria afectan mayoritariamente a mujeres a través de todos estos factores, pero no hay que culpabilizarlas por este cambio social de hábitos en la alimentación familiar, puesto que también hay que considerar los diferentes estilos de vida que han impuesto los trabajos de jornada prolongada (tanto para hombres como para mujeres) los traslados en la ciudad a los centros de trabajo, el frenético ritmo urbano que han propiciado que el comer fuera de casa sea a veces imprescindible.

Sin embargo en todas las definiciones de estos trastornos aparece que afecta mayoritariamente a mujeres, en el caso de la anorexia nerviosa se habla de prepúberes y adolescentes y en menor medida a adultas y a varones jóvenes.

Todas las estadísticas señalan que el 90% son mujeres entre 14 y 18 años, aunque la edad va descendiendo peligrosamente hacia niñas menores de doce años.

Si una de las características de la Anorexia y la Bulimia nerviosas es el temor obsesivo a engordar y un peculiar trastorno del esquema corporal que les hace verse más gruesas de lo que están, vemos que la obsesión con la cultura de la delgadez es más fuerte entre las mujeres.

Los cánones de belleza actuales y el rechazo social a la obesidad femenina hacen que las adolescentes sientan un impulso irrefrenable de estar tan delgadas como las modelos "top models" que la publicidad y medios de comunicación presentan a diario.

No es casual que el perfil de la joven anoréxica sea mayoritariamente el de una chica responsable y estudiosa, que desea realizar correctamente su rol social y que tiende a un perfeccionismo exagerado.

Los mensajes educativos dirigidos a las jóvenes sobre todo estimulan a que hay que ser doblemente responsable que los chicos para conseguir éxito en la vida profesional y compatibilizarla armoniosamente con la familia.

Uno de los índices para lograr el éxito y la aceptación social va a ser tener un físico apropiado, estar delgada, y dado que la pérdida de peso puede realizarse con voluntad y esfuerzo he aquí el reto por el cual se va a empezar a ser responsable "también" en este terreno.

A los 15 años una de cada cuatro chicas hacen régimen en España, sin que en casi ningún caso tengan problemas de sobrepeso. A la pregunta de ¿"te ves gordo/a aunque los demás te vean delgado/a?" el 58 % de estas chicas de 15 años contestó afirmativamente frente a un 19% de chicos.

En Suecia y EEUU ya hay un 16% de chicas menores de 16 años que hacen dieta, algunas reconocieron que la comenzaron a los 9 años.

Es curioso observar que las lesbianas tienen el índice de trastornos alimentarios tan bajo como el de los chicos heterosexuales; sin embargo en los chicos homosexuales este índice se situa a la par que las chicas heterosexuales.

Existe un anhelo de perfeccionismo corporal latente tanto en chicos como en chicas pero los varones tienen (por el momento) unos modelos más musculados, no tan delgados. Pero ya está apareciendo una nueva enfermedad llamada "Vigorexia" que consiste en una actividad física exagerada en los chicos, especialmente en gimnasios que se convierte en obsesión ya que a pesar de su musculación se miran en el espejo y se ven enclenques.

El impacto entre la población adolescente de programas de TV sobre todo videos musicales influyen en estas tendencias.

El psiquiatra Carlos Delgado reflexiona sobre que la anorexia y la bulimia nerviosa no son enfermedades de niñas tontas que desean ser delgadas. Son personas con una grave perturbación psicológica. Muy frágiles. En un momento dado se ven frente a un conflicto: no pueden evolucionar psicológicamente como personas ni pueden crecer, el conflicto es angustioso. Deciden crecer retrasando su desarrollo. Requieren mucha ayuda.

En el I Congreso sobre Trastornos de la alimentación celebrado en Granada, en Abril de 1997 se hablaron de los tratamientos multidisciplinares para prevenir y curar estas patologías.

La detención precoz y un buen diagnóstico son las primeras armas para combatirlas pero es preciso realizar programas de prevención y promoción de la Salud desde los ámbitos familiares, educativos y sociales.

En Navarra, a iniciativa del Instituto Navarro de la Mujer, en colaboración con el Instituto Navarro de Deporte y Juventud, estamos realizando campañas de sensibilización y prevención de estos trastornos para las familias y profesorado. Os traigo estos folletos en los que analizamos los síntomas más frecuentes y la forma en que se puede desde la familia a prevenir, detectar y solicitar ayuda terapéutica en estos casos.


Actuaciones para prevenir y ayudar en este tipo de trastornos

Enseñar y educar desde la infancia, en la familia y en los centros escolares, a llevar una vida saludable inculcándoles hábitos de alimentación sana y de actividad física adecuadas a sus facultades.

Ayudarles con comprensión y confianza a conocer su propia realidad biológica y psíquica, sus capacidades y limitaciones infundiéndoles seguridad en sus propios valores, de forma que puedan sentirse a gusto consigo misma y se acepten como realmente son.

Fomentar la autonomía y criterios capaces de evitar que los excesivos mensajes de los medios de comunicación y la publicidad sobre una imagen corporal falsamente perfecta, se convierta en una meta a conseguir y en un modelo que se olvida de los valores integrales de la persona.

Es muy conveniente realizar las comidas en familia, a ser posible nunca en solitario, aprovechándolas para una verdadera comunicación y contacto.

Evitar proponerles metas académicas, deportivas, o estéticas inalcanzables con arreglo a su capacidad mental o constitución física, ya que ello les podría producir una disminución de su autoestima.

Si precisan perder peso por razones de salud, hacerlo siempre con un estricto control médico. Si manifiestan sus deseo de perder peso innecesariamente o comienzan a reducir su alimentación y ante la más mínima sospecha de pérdida excesiva o reducción anómala de su alimentación, consultar con especialistas de atención primaria.

Es preciso saber que la preocupación continua por la comida en este tipo de trastornos alimentarios se convierte en algo obsesivo, que la persona no puede dejar de hacerlo con el consiguiente sentimiento de confusión y estados de ansiedad y depresión.

Cuando ya se haya detectado el trastorno alimentario, utilizar la calma y el sosiego para la búsqueda de soluciones, y para ello, la familia no se debe culpabilizar ni recriminar estas conductas. Todo ello ayudará a una mayor eficacia. En estos casos es importante buscar ayuda a través de los dispositivos sanitarios de atención primaria quienes evaluarán el problema y lo derivarán si procede a otros ámbitos de atención especializada y de salud mental en su caso.

Es conveniente agruparse en asociaciones de familiares con personas afectadas o grupos de ayuda mutua para intentar mejorar la atención a estos problemas, y sensibilizar a la sociedad sobre este tipo de enfermedades. Estas asociaciones realizan acciones reivindicativas para conseguir una mejor asistencia médica y psicológica denunciando a los medios de comunicación por la utilización de mensajes negativos.

Todas las personas relacionadas con la educación también tienen un papel importante en la detección precoz de estos trastornos, observando los comportamientos, cambios emocionales y de aspecto físico que pueden hacer pensar en este tipo de trastornos alimentarios.

PREVENCIÓN DESDE EL AULA

Los mismos consejos que se ofrecen en el folleto para prevenir y ayudar en este tipo de trastornos nos van a servir para que en el aula comencemos a trabajar desde la infancia. Estos mensajes vamos a enmarcarlos en una Educación para la Salud entendiendo este concepto no solo en la prevención de estas enfermedades sino en un espacio más amplio y positivo de promoción de salud ya que el centro educativo no puede permanecer al margen, sino que debe elaborar proyectos y programas en este ámbito.

En este tema transversal que lógicamente va a aplicarse tanto a alumnos como a alumnas vamos a hacer especial hincapié en incidir no solo en los aspectos de buena nutrición y dietas equilibradas que ya se abordan, sino en otros mensajes:

- Como defenderse del culto excesivo al cuerpo

- Los inconvenientes de ser perfectos/as.

- Como mejorar la autoestima.

Las personas con trastornos de alimentación han adquirido unos conocimientos a veces exhaustivos de la buena alimentación. Conocen perfectamente las dietas saludables, saben más de calorías, grasas, proteínas, que el resto del alumnado.

Ocurre que cuando empiezan con sus dietas restrictivas emplean estos conocimientos suprimiendo precisamente los alimentos que necesitan para su correcto desarrollo y recurriendo a productos "lights". A veces estas informaciones les llegan desde las propias dietas que suelen utilizar sus madres o profesoras, recurren a laxantes y diuréticos y comienzan en el caso de la bulímicas a provocarse vómitos cada vez más frecuentes.

También los mensajes publicitarios van a ayudar a que esta conducta errónea se considere como una obligación, la adolescente recibe el mensaje: "Debes estar delgada"; la delgadez tiene prestigio, lo propio, lo natural, lo redondo molesta, perjudica. El grado de insatisfacción con el esquema corporal se empieza a producir en la infancia, hay una condena y rechazo de los niños y niñas con algo de gordura, es el insulto más frecuente en la escuela: "Te estás poniendo como un cerdo, pareces una vaca, gorda, ballena etc....".

Así muchas familias comienzan también a influir en sus hijos/as obligándoles casi con crispación a visitar a pediatras y a restringir su alimentación por temor a la obesidad.

Es preciso por lo tanto reorientar desde la escuela las ideas erróneas sobre la percepción de un cuerpo saludable, que no tiene porque ser excesivamente delgado.

En la escuela se pueden observar fácilmente cambios físicos y psicológicos que van a hacernos reflexionar sobre que chicas sobre todo están comenzando a padecer trastornos de alimentación. Los adelgazamientos exagerados o muy rápidos, la palidez, tristeza, signos de ejercicio físico agotador, aislamiento, incomunicación son signos de que puede haber problemas.

Es fundamental potenciar la autoestima, ofrecer modelos humanos no estereotipados y favorecer positivamente las diferencias estableciendo medidas de acción positiva para compensar posibles situaciones de menosprecio en el ámbito escolar.

La prevención en la escuela va a consistir fundamentalmente en desarrollar habilidades personales y sociales, potenciar hábitos y actitudes saludables, así como promover una acción responsable y solidaria con la comunidad.

A través del denominado "curriculo oculto" es decir los valores y actitudes que se encuentran de forma implícita en el que hacer cotidiano de las clases, conducta del profesorado repartición de papeles etc.. se puede influir también positiva o negativamente en los trastornos de alimentación.

Es preciso que los programas que se desarrollen para esta prevención contengan mensajes positivos y no excesivamente dramáticos.

Respecto a materiales didácticos pueden recurrirse a cosas muy sencillas que pongan de relieve el atractivo del cuerpo humano en todos sus aspectos, buscar muñecos/as menos estilizados que la Barby, utilizar recortables con la figura humana sobre todo la femenina más redondeada y cubrirla con ropas divertidas.

En adolescentes, la experiencia de nuestra campaña con el alumnado de 2º y 3º consistió en presentar una película "La boda de Muriel" que realmente no tenía mucha relación con los trastornos alimentarios. Pero la protagonista era bastante rellenita y planteaba de forma muy explícita sus problemas con la ropa, las amistades, su familia, sus conflictos emocionales etc...

A partir de la evolución de Muriel o Mariel en la recuperación de su autoestima, la identificación con ella era más positiva, se le veía cada vez más guapa (y no había adelgazado) conseguía las metas que se proponía y el final era feliz.

Esta película acompañada de una charla por profesionales de Salud mental expertos en el tema de estos trastornos dio lugar a animados coloquios en los que el alumnado, especialmente las chicas expresaron los problemas socioculturales de este anhelo de delgadez.

También los chicos fueron alertados de los peligros que supone el excesivo culto al cuerpo y fueron conscientes del daño que se produce y se sufre al ridiculizar a las personas por su aspecto físico.

Es interesante también leer testimonios de jóvenes que han sufrido estos trastornos y los han resuelto. Se pueden ver programas de TV, estudiar anuncios publicitarios, obras de teatro, películas para discutir en grupo todos estos aspectos.



BIBLIOGRAFÍA BÁSICA RECOMENDADA

Beck, A. Freeman, A.; TERAPIA COGNITIVA DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD. Ed. Paidos, 1995.

Burns, D.; SENTIRSE BIEN. Ed.Paidos, 1994.

Caballo, V. (dir).; MANUAL PARA EL TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS VOL. I. Ed. Siglo XXI, 1997.

Cervera, M.; RIESGO Y PREVENCIÓN DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA. Ed. Martínez Roca, 1996.

Cervera, S. y Quintanilla, B.; ANOREXIA NERVIOSA. MANIFESTACIONES PSICOPATOLÓGICAS FUNDAMENTALES. Ed. Eunsa, 1995.

Chinchilla, A.; GUÍA TEÓRICO-PRACTICA DE LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA; ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA NERVIOSA. Ed. Masson, 1995.

Chinchilla, A.; Calvo, R.; Rodríguez, B. y Zamarron, I.; ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSAS. Ed. Ergon, 1994.

Dowling, C.; MUJERES PERFECTAS. Ed. Grijalbo, 1989.

Gismero, E.; HABILIDADES SOCIALES Y ANOREXIA NERVIOSA. Ed. Universidad Pontificia Comillas de Madrid, 1996.

Raich, R.; ANOREXIA Y BULIMIA: TRASTORNOS ALIMENTARIOS. Ed. Pirámide, 1994.

Saldaña, C,; TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO. Ed. Fundación Universidad-Empresa, 1994.

Toro, J. y Vilardell, E.; ANOREXIA NERVIOSA. Ed. Martínez Roca, 1987.

Turon, V.; TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN. Ed. Masson, 1997.

Vandereycken, W.; Castro, J. y Vanderlinden, J.; ANOREXIA Y BULIMIA. La familia en su génesis y tratamiento. Ed. Martínez Roca, 1991.


VIGOREXIA

La vigorexia es un trastorno mental denominado así por el psiquiatra estadounidense Harrison G. Pope del Hospital Mac Lean de la Facultad de Medicina de Harvard en Belmonte (Massachusetts) y sus colegas de las Universidades de Providence y de keele.

Sus estudios publicados en la revista Psychosomatic Medicine, los realizaron entre adictos a la musculación, y comprobaron que entre los más de nueve millones de estadounidenses que acuden regularmente a gimnasios cerca de un millón podrían estar afectados por este desorden emocional.

En nuestro país no existen por el momento estudios sobre personas que podrían estar afectadas por este trastorno.

Sus síntomas son evidentes, los que la padecen tienen tal obsesión por verse musculosos que se miran constantemente en el espejo y se ven enclenques. Sentirse de este modo les hace invertir todas las horas posibles en hacer gimnasia para aumentar su musculatura.

Se pesan varias veces al día, y hacen comparaciones con otros compañeros de gimnasio. La enfermedad va derivando en un cuadro obsesivo compulsivo que hace que se sientan fracasados, abandonen sus actividades y se encierren en gimnasios día y noche. También siguen dietas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas para aumentar la masa muscular y tienen más riesgo de abusar de sustancias como hormonas y anabolizantes esteroideos.

Aunque a la vigorexia se le denomina "la anorexia de los 90" es un trastorno mental diferente, no es estrictamente alimentario, pero sí comparte la patología de la preocupación obsesiva por la figura y una distorsión del esquema corporal. La vigorexia todavía no está incluida en las tablas de trastornos psicológicos o psiquiátricos y se le considera una dismorfia corporal, ya que también se le conoce como dismorfia muscular.

Así los pacientes aquejados de vigorexia comparten con los dismórficos y anoréxicos los mismos pensamientos obsesivos y siguen unos rituales reiterativos ante el espejo que les devuelve su imagen distorsionada.

Estos trastornos derivados de la excesiva preocupación por el cuerpo que nos inunda en este final de siglo se están convirtiendo en una verdadera epidemia. Desear una imagen perfecta no implica padecer una enfermedad mental, pero sí aumenta las posibilidades de que aparezca.

Aunque biológicamente hay explicaciones a estos trastornos, por desequilibrios en los niveles de serotonina y otros neurotransmisores cerebrales, no cabe duda de que los factores socio-culturales y educativos tienen una gran influencia.

Por ello los tratamientos de las personas afectadas por vigorexia tendrían que ser multidisciplinares y combinar la farmacología con terapias cognitivo-conductuales.

Desde la prevención apostamos por ofrecer desde los medios de comunicación modelos humanos no estereotipados y enseñar desde la infancia a defenderse del culto excesivo al cuerpo y la obsesión por la perfección.

DISMORFIA CORPORAL

Una historiadora, Almudena Albí en su libro "Tu cuerpo es tuyo" (Editorial Aguilar) expone como liberar a hombres y mujeres de la esclavitud de los canónes de belleza. La meta, dice, es estar moderadamente preocupada por el cuerpo sin que se convierta en una obsesión. Lo ideal no es el cánon impuesto por las revistas de belleza y los modelos publicitarios, sino estar contenta con una misma y aceptarse como se es.

Hay otro tipo de trastorno que afecta a una gran mayoría de la población y que comienza en la adolescencia. ¿Quién no se ha sentido alguna vez acomplejado por el tamaño de su nariz? ¡Qué sufrimiento se tiene con el acné en la pubertad!

Estos complejos agudizados igualmente por la obsesión de la belleza física se convierten a veces en auténticas enfermedades mentales con ansiedad, depresión, fobias, movimientos compulsivos-repetitivos (sobre todo miradas al espejo) y que conducen a la llamada Dismorfia corporal.

Fue en 1886 y por el doctor italiano Morselli cuando se acuñó el término de dismofia corporal. Ya Freud había descrito en su literatura científica el caso del "Wolf-man, hombre lobo" una persona que a pesar de tener un exceso de vello corporal centraba su excesiva preocupación por el físico en su nariz. La veía horrible, prominente y llena de cicatrices.

Existe un amplio número de personas que están más o menos preocupadas por su apariencia, pero para ser diagnosticado de dismofia, el afectado tiene que sufrir reiteradamente una obsesión con una parte de su cuerpo que le impida llevar una vida normal.

Algunas estimaciones apuntan que un 1% de la población sufren este trastorno. algunos de sus síntomas son:

Dedican varias horas al día a pensar en el defecto corporal que creen tener.

Suelen mirarse al espejo de forma continuada y como en el caso de la anorexia, bulimia y vigorexia, este les devuelve una imagen distorsionada de la realidad.

Las partes del cuerpo más frecuentes de obsesión son de mayor a menor grado, piel, pelo, nariz, ojos, orejas, piernas, rodillas, pecho, genitales o la creencia de que su cara es asimétrica.

Suele empezar a manifestarse en la adolescencia, y se mortifican continuamente interrogando a amigos y familiares sobre su aspecto.

Muchos de ellos recurren a la cirugía estética para zanjar su "manía". Pero la dismorfia corporal es un trastorno mental, no físico y a pesar de estas operaciones no consiguen mejorar.

La solución a este problema suele ser una atención farmacológica con tratamientos como el Prozac y otros antidepresivos y ansiolíticos. Pero es preciso apoyarse en la psicoterapia, ya que son personas que deben aprender a recuperar la autoestima y perder el miedo al fracaso.

La psicóloga Isabel Pinillos especialista en las terapias a pacientes con trastornos obsesivo-compulsivos habla en su libro "Obsesiones obsesivas" de casos de dismorfia corporal. Emplea con ellos un método llamado "sistema motivo" que es una terapia activa que requiere el compromiso y el esfuerzo del paciente para que este pueda curarse.

Hay otros trastornos de tipo obsesivo-compulsivo que sin estar relacionados con el esquema corporal aparecen también en la infancia y la adolescencia. A veces el perfeccionismo, el miedo al fracaso, el temor al ridículo, al que dirán, la limpieza y las enfermedades conducen a gente muy joven e inteligente al inicio de estos procesos.

Hasta hace poco se consideraban estos trastornos, tanto los alimentarios como los de vigorexia y dismorfia corporal como manías propias de la edad del crecimiento y que se corregirían con la edad.

Hoy día, sin caer en el alarmismo hay que estar preparados desde la familia y la escuela para la detección precoz de los mismos y sobre todo para la prevención.



Fuente
http://www.cfnavarra.es/inam


Si desea hacer una consulta o un comentario sobre este artículo escriba a la siguiente dirección: vivian.nutricion@gmail.com

--------------------------------------------------------------------------------

Solicite el Servicio de Segunda Opinión Médica

En caso de diagnóstico o tratamiento de enfermedad grave, incurable o que comprometa la calidad de vida del paciente, así como cuando el tratamiento que le han recomendado implique un riesgo importante para su salud, por sus efectos secundarios o por las secuelas que pueda dejar, la Segunda Opinión Médica es un recurso necesario.

Con el servicio de segunda opinión médica de GeoSalud nuestros usuarios tendrán acceso a los mejores profesionales de la Medicina mediante la interconsulta en los hospitales y con los especialistas de mayor experiencia en los Estados Unidos.

--------------------------------------------------------------------------------


Aviso
La información que usted encontrará en estos artículos no pretende substituir el necesario consejo médico o la necesidad de un tratamiento profesional médico para una dolencia o transtorno en su salud.

Siempre debe consultar a un médico ante cualquier duda sobre su salud y antes de comenzar un nuevo tratamiento con medicamentos, dieta o programa de ejercicio físico

Dieta y Ácido Úrico

Dieta y Ácido Úrico



La realidad sobre ácido úrico y dieta. ¿Por qué es importante controlarlo y cómo lo puedo controlar?

Tengo el ácido úrico alto…. Cada vez son más las personas que al realizarse su chequeo anual con el médico reciben la noticia de niveles elevados de ácido úrico. ¿Pero qué significa esto?

Contrario a otras patologías comunes como azúcar en sangre elevada (diabetes), colesterol alto, triglicéridos altos, etc., poco se conoce y se habla sobre qué exactamente significa tener el ácido úrico alto, ¿es un riesgo o no?, ¿lo ha aumentado algo que estoy comiendo?, etc. Y es que hasta hace poco se consideraba simplemente asociado a la enfermedad cardiovascular, y se recomendaba disminuir los niveles solamente cuando se llegaba a desarrollar la condición conocida como "gota".

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que sí es un riesgo independiente de enfermedad del corazón, y debe dársele la misma importancia que otros factores de riesgo.

El principal problema asociado a sus niveles elevados es que provoca una disminución del óxido nítrico. Este compuesto es esencial para dos cosas:

1. Actúa sobre el endotelio, el tejido de los vasos sanguíneos. El óxido nítrico es lo que les permite contraerse y relajarse, por lo que al disminuirse se favorece la hipertensión, así como se facilita también la formación de placa de colesterol sobre los vasos sanguíneos.

2. Es necesario para facilitar la absorción de la glucosa a través de la insulina, por lo tanto, una disminución lleva a resistencia a insulina, principal causa del síndrome metabólico.

Por lo tanto, si quiere proteger su corazón, disminuir sus niveles de ácido úrico, debe estar también de N° 1 en su lista. De hecho, es igual de importante que reducir sus niveles de colesterol, y triglicéridos.

¿Qué lo ocasiona?

El ácido úrico es producto del metabolismo de las purinas (componentes de ciertas proteínas) y se produce de forma natural en el organismo.

Al existir más purinas en el cuerpo, aumentan las concentraciones de ácido úrico en sangre. Esto se conoce como hiperuricemia. Las concentraciones normales del ácido úrico en sangre son 7mg/dl para hombres y para las mujeres 6 mg/dl. Entre más tiempo se mantenga la hiperuricemia, mayor es la posibilidad de llegar a desarrollar la famosa gota. ¿Por qué empieza a aumentar anormalmente?

La acumulación se da por alteraciones en el metabolismo del ácido úrico, que pueden ser heredadas.


Hay dos factores de riesgo que son no modificables:


1. Edad avanzada:

Se ha demostrado que el riesgo de desarrollar gota aumenta al avanzar la edad, ya que las manifestaciones clínicas de la gota, aumentan a una mayor duración de la hiperuricemia. Por lo tanto, personas que ya han mantenido por varios años los niveles de ácido úrico elevados, tendrán mayor posibilidad de presentar signos y síntomas de la gota.


2. Sexo

A pesar de que la prevalencia de gota ha aumentado en ambos sexos, en pacientes menores de 65 años, se ha observado que los hombres tienen 4 veces mayor riesgo que las mujeres de desarrollar la enfermedad. Sin embargo, al avanzar la edad, se observa que el riesgo es similar. Esto se debe a que los estrógenos dan cierta protección porque aumentan la excreción de ácido úrico, pero después de la menopausia se pierda esta protección.

Hay factores que usted sí puede cambiar, que le ayudarán a disminuir sus niveles de ácido úrico o a prevenir el aumento. Encabezando la lista están los factores relacionados a su dieta y estilo de vida.

Sobre la dieta para prevenir y controlar la gota, existen muchos mitos, y ponerlos en práctica mas bien le puede resultar mas perjudicial que positivo. La mayoría de las personas lo primero que asocian la gota es a los vegetales, poniendo como el principal culpable el tomate. Así que usualmente esta es su primera medida, eliminan vegetales, pero continúan comiendo galletas, tomando cerveza, etc…

¿Qué es lo que SÍ AUMENTA EL ÁCIDO ÚRICO?

Investigaciones recientes han demostrado que los mismos cambios en la alimentación que se recomiendan para prevenir otras enfermedades crónicas (como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, etc), son los mismos que le ayudarán a disminuir sus niveles de ácido úrico y por lo tanto prevenir el desarrollo de gota.

De hecho, debido a que la hiperuricemia le puede llevar a estas otras condiciones, obtendrá el doble de beneficios, ya que no solo previene la gota, sino también la diabetes, hipercolesterolemia, etc.

Los siguientes son los principales culpables de aumentar su ácido úrico:


1. Sobrepeso

El aumento de peso se asocia directamente al aumento de los niveles de ácido úrico. La obesidad favorece que aumente la producción y también disminuye la excreción. Por el contrario, disminuir el peso favorece la disminución del ácido úrico


2. Cerveza y otros licores

Antes de dejar de comerse la ensalada, lo primero que debe de hacer es dejar las latas de cerveza. El consumo de cerveza y otros licores, es lo que tiene mayor efecto en los niveles de ácido úrico.

Con solo el equivalente a una cerveza de 350 ml o 30 ml de otros licores, el riesgo de aumentarse el ácido úrico se puede hasta casi duplicar.

Así que definitivamente si ha presentado el ácido úrico alto, decirle adiós la cerveza y otros licores debe ser lo primero en su lista.

Sin embargo, no necesita abstenerse por completo del alcohol. El vino no tiene ningún efecto en los niveles de ácido úrico, asi que una buena estrategia puede ser cambiar la cerveza por una copa de vino. Por supuesto, con moderación, lo cual equivale a una copa de vino al día para mujeres y dos copas para los hombres (1 copa = 150 ml).


3. Carnes rojas, pescado y mariscos.

La cantidad de proteína total de la dieta no tiene efecto en los niveles de ácido úrico, pero sí la fuente de proteína. La carne roja y el pescado son los únicos que sí van a favorecer el aumento.

Reducir el consumo de éstos es una de las principales acciones a tomar para prevenir la hiperuricemia y gota. La carne roja además es la principal fuente de grasa saturada en la dieta, la cual se asocia a resistencia a insulina y enfermedad del corazón, por lo que definitivamente es mejor que la evite, en especial los embutidos derivados del cerdo (jamón, mortadela, salchichón, tocineta, etc.).

El pescado es la mejor fuente en la dieta de omega - 3, los ácidos grasos protectores del corazón, pero desafortunadamente si usted tiene el ácido úrico alto mas bien puede resultar contraproducente. Lo que se recomienda es que en lugar de consumir pescado, consuma suplementos de los aceites de pescado y aumente sus fuentes vegetales de omega - 3. Para protección se recomienda un suplemento que le aporte 1 gramo de omega - 3 al día. La mayoría de los suplementos en el mercado aportan por cápsula 300 mg de omega - 3 y 1 gramo total de aceite, por lo que debería de consumir 3 cápsulas al día.

Las mejores fuentes vegetales de omega - 3 son la linaza y las nueces. Estas últimas también han demostrado beneficios en ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre, eso si deben consumirse con moderación, ya que son altas en calorías, unas dos cucharadas al día es lo que se recomienda. De linaza también se recomienda el consumo de dos cucharadas al día de la semilla molida, ya que así es como el cuerpo mejor la aprovecha.

4. Fructosa

El siguiente culpable de aumentar el ácido úrico es la fructuosa. La fructosa es el azúcar principal de las frutas, pero no son precisamente las frutas las que contribuyen al aumento de los niveles de ácido úrico. El principal problema son los alimentos que traen adicionada la fructosa, los cuales de hecho se han señalado como los principales culpables en la etiología del síndrome metabólico y problemas asociados. ¿Cuáles son estos alimentos? Básicamente la mayoría de productos empacados, como galletas, barras de cereal, jugos de frutas, y muchos otros jugos azucarados, todos estos tienen como ingrediente la fructosa. De hecho, muchos productos bajos en calorías utilizan la fructosa dentro de sus principales ingredientes.

Lo mejor que puede hacer como consumidor es estar atento y revisar etiqueta. Que sea un azúcar "natural", no implica saludable. Revise bien la lista de ingredientes, no solo fructosa implica la presencia de esta, también jarabe o sirope de maíz.


Factores protectores

Evidencia reciente también ha encontrado que existen factores de la dieta que mas bien pueden ayudar a disminuir los niveles de ácido úrico.

Estos alimentos son los lácteos y fuentes de vitamina C, los cuales coincidentemente protegen contra hipertensión, diabetes y enfermedad cardiovascular.

La recomendación de consumir 3 porciones de lácteos bajos en grasa al día, es de especial importancia para cualquier persona con gota o hiperuricemia. Una porción es una taza de leche descremada o yogurt descremado y sin azúcar.

Varios estudios han sugerido que la suplementación con vitamina C puede ayudar a disminuir los niveles de ácido úrico. 500 mg por día, por 2 meses han demostrado ser efectivos en reducir los niveles de ácido úrico en 0.5 mg/dL. Debido a que en general la vitamina C es segura, se puede utilizar como forma de prevención.



GeoSalud, enero 2008


Rebeca Hernández, Nutricionista
Clínica de Nutrición von Saalfeld
Teléfonos: (506) 256-8067 / (506) 208-8313
Rhernandez@saborysalud.com
http://www.saborysalud.com/

Formas Atractivas (y Tácticas Psicológicas) de Servir los Alimentos a Niños Quisquillosos

Formas Atractivas (y Tácticas Psicológicas)

de Servir los Alimentos a Niños Quisquillosos





Kathryn von Saalfeld,
Nutricionista





Dicen que el amor entra por la vista, y si se habla de la comida este sentido se agudiza aún más, sobre todo en los niños. La presentación de un platillo es el punto más importante para que su pequeñín se decida o no por probar lo que usted le preparó con tanto amor.



Tal vez no es el sabor, ni el olor, ni tampoco el tipo de alimento, sino que

a veces los niños no quieren probar bocado de lo que se les da, sólo quieren comer pizza, hamburguesas, papitas, sandwiches, dulces y todas las golosinas que les encantan. Por esta razón es tan trascendental que una madre le prepare a sus pequeños menús que les agraden no sólo por el gusto, sino también por la vista.



Tanto los tradicionales sandwiches como la fruta picada, las tortas o las salchichas se pueden preparar de diferentes maneras, pero es mejor si le agrega algunos ingredientes llamativos que logren una presentación muy divertida.



Otro factor imprescindible para abrirle el apetito a su niño consiste en la forma y color de la vajilla y los cubiertos. Actualmente existen en el mercado muchos moldes, cubiertos, platos, manteles y servilletas pensados especialmente para niños, que cuentan con colores, diseños y dibujos divertidos que llaman su atención, por lo que así se concentran más a la hora de comer.



Generalmente los gustos de los niños son mucho más sencillos que los de las personas mayores; casi siempre prefieren las comidas simples, cuyos ingredientes son fácilmente reconocibles. Sin embargo, el ser originales por parte de los padres y ofrecerles diversidad en la comida nunca está de más.



Con frecuencia los niños quieren comer el mismo alimento comida tras comida, este comportamiento se conoce como "manía por un alimento". Por lo general, esta manía por un alimento no dura lo suficiente para perjudicar la salud del niño; si se trata de un alimento saludable, los padres pueden permitir que el niño lo siga comiendo hasta que se le pase la manía.



No los obligue a comer si ellos no tienen hambre



Quizá su niño este pasando por un período de crecimiento y no tenga hambre. Además cuando los niños son demasiado activos, o cuando ellos están enfermos, o si están preocupados por algo, ellos quizá no tienen hambre.



No use comida como recompensa



No diga cosas como: "Cómete tus vegetales o no tendrás postre." Frases como ésta dan la impresión de que el postre es más importante que los vegetales. Evite usar la comida como recompensa o castigo. Sirva el postre casualmente como parte de la comida.



Los estudios señalan que, en el corto plazo, esta conducta hace que el niño coma menos y, a largo plazo, fomenta batallas. Si quiere darle una recompensa, puede utilizar calcomanías, pues a los niños de esta edad les encantan. Durante esta etapa, sigue siendo aconsejable evitar alimentos pequeños y duros, como caramelos, goma de mascar, maní y maíz. Estos alimentos podrían obstruir la tráquea de su hijo y asfixiarlo.



Deje un intervalo de dos horas entre meriendas y comidas



Si los niños comen meriendan muy cerca de la hora de comer, ellos no tendrán hambre.



Empiece con porciones pequeñas



Los niños se desalientan fácilmente con porciones de adultos.



Pruebe la regla de un bocado



Pídale a sus niños que prueben un bocado de cada comida



No se olvide de la variedad



Sirva una variedad de frutas, vegetales, leche, carne, queso, cereales, panes y postres. Para hacerlo más interesante, sirva la carne cortada en tiras, o corte los vegetales y frutas como anillos.



Ofrezca alternativas



Ayude a que sus niños se sientan independientes y en control ofreciéndoles opciones cuando sea posible. Por ejemplo, pregúntele a su niño: ¿Prefieres brócoli o zanahoria para el almuerzo? No le pregunte qué quiere comer; esa opción le da demasiado poder a una personita tan pequeña. Es usted quien debe escoger entre alimentos adecuados y que le gusten a los niños.



Use cortadores de galletas para hacer emparedados con formas atractivas.



Algunos excelentes rellenos podrían ser la mantequilla de maní, el queso crema con jamón y atún, queso con tomate o frijoles molidos. Si permite que su pequeño corte su propio emparedado con la forma que le guste, se divertirá mucho más.



Permita que sus niños ayuden con la comida



Ellos estarán más dispuestos a probar comidas que ellos ayudaron a seleccionar, limpiar o preparar.



Haga pizzas pequeñas junto a su hijo de 3 años. Puede poner muchos vegetales nutritivos y carnes (incluso lo que haya quedado de otra comida) bajo una capa de queso fundido. Use un pan redondo, verduras muy bien molidas o puré de verduras, pollo picado o, incluso, un huevo duro molido. La salsa de tomates evitará que estos ingredientes se separen y el queso los unirá. A su hijo le encantará esta pizza, sobre todo si le ayudó a prepararla.





Esté consciente de lo que les gusta y lo que no les gusta a sus niños



A los niños les gustan comidas brillantes, llenas de color, o crujientes que no estén calientes o que piquen demasiado. Otros niños prefieren comidas sencillas en lugar de platos combinados. A algunos niños les gusta tener comidas separadas en sus platos. Ellos quizá no quieran comer una comida que esté mezclada con otra comida. También, es muy común que los niños quieran comer la comida de sus platos, antes de comer cualquier otra comida.



Reconozca que muchos niños tienen batallas contra la comida.



Ellos quieren comer solamente una o dos comidas por días y nada más. Trate de no hacer problema con estos tipos de comportamiento frustrante pero normal. Además, decida qué batalla pelear: Si cede calladamente a estos hábitos exigentes, su hijo no los defenderá con tanta fuerza. En cambio, si usted insiste en que las cosas se hagan como usted quiere, sólo conseguirá que la batalla adquiera más importancia para su bebé. Sólo asegúrese de que los alimentos que le sirva sean nutritivos, pues si lo son, no importará que los coma todas las noches durante un tiempo. Espere un par de días y para entonces sus niños probablemente estarán comiendo una variedad de comidas otra vez.



No es aconsejable darles órdenes violentas o provocarles miedos absurdos como usar historias sobre las brujas o el lobo para conseguir que el niño coma mejor, es sencillamente insensato y contraproducente.



La televisión y la comida son una mala combinación



Su niño de 3 años desarrollará malos hábitos alimenticios y se perderá la actividad social propia de la interacción familiar. Además, se verá influenciado por comerciales de televisión que promueven alimentos que tal vez no sean los más adecuados para él.



Dé un buen ejemplo



Los niños son grandes imitadores. Ellos miran lo que los adultos hacemos. Si nosotros rechazamos ciertas comidas, ellos también serán más selectivos acerca de lo que quieren comer.



GeoSalud, Febrero 2003

Grasas Trans

Grasas Trans



Preguntas y Respuestas

Cuando se trata de reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, ¿a qué se debería prestar más atención: a las grasas totales, a las grasas saturadas o a las grasas trans? ¿Qué es lo que eso significa a la hora de elegir entre los muchos diferentes tipos de alimentos disponibles en la actualidad?



A continuación hallará las respuestas a las preguntas más frecuentes sobre las grasas trans-¿por qué existen en los alimentos y qué efecto tienen en nuestra salud?-Estas respuestas quizás lo ayuden a comprender la función que cumplen las grasas trans en los alimentos.



¿Qué es la grasa dietética?



Las grasas dietéticas son las que encontramos en los alimentos. Son una parte esencial de cualquier dieta saludable.



Los ácidos grasos son los componentes básicos de las grasas dietética. Todas las grasas dietéticas contienen una mezcla de ácidos grasos saturados y insaturados. El tipo de ácido graso que predomine será el que determine si una grasa es sólida o líquida y si se la caracteriza como saturada o insaturada. Las grasas de origen animal como el suero vacuno, la manteca y los aceites vegetales (como lo son por ejemplo el derivado de la palma, de la nuez de palma y del coco) que tienen una consistencia firme a temperatura ambiente, contienen niveles más altos de ácidos grasos saturados se los considera grasas saturadas. Los aceites como el de soja, canola, semilla de algodón, maíz y otros vegetales que tienen una consistencia líquida a temperatura ambiente contienen niveles más altos de ácidos insaturados. Se los considera grasas insaturadas.



¿Cuáles son los diferentes tipos de ácidos grasos?



Los ácidos grasos se dividen en saturados o insaturados; dependiendo de su estructura. A su vez, las grasas insaturadas se dividen en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.



¿Qué son las grasas trans?



Las grasas trans son ácidos grasos insaturados que se forman cuando los aceites vegetales se procesan y se transforman en más sólidos o en un líquido más estable. Este proceso se llama hidrogenación. Las grasas trans también se encuentran naturalmente en algunos alimentos.



Las grasas trans de todas las fuentes proporcionan entre 2% y 4% por ciento del total de calorías, a diferencia del 12 % que proporcionan las grasas saturadas y el 34% de las grasas totales en la dieta del estadounidense medio. La mayoría de las grasas trans provienen de los alimentos procesados. Aproximadamente 1/5 de las grasas trans de nuestra dieta proviene de fuentes animales como por ejemplo, ciertas carnes y productos lácteos.



¿Qué alimentos contienen grasas trans?



Las grasas trans están presentes en diferentes cantidades en una amplia variedad de alimentos, como lo son por ejemplo la mayoría de los alimentos hechos a base de aceites parcialmente hidrogenados, como lo son los productos horneados, fritos, y la margarina. Las grasas trans también se encuentran naturalmente en ciertas carnes y productos lácteos.



¿Por qué hay grasas trans en los alimentos?



Las grasas trans se forman cuando un aceite es parcialmente hidrogenado. El proceso convierte a los aceites en un líquido más estable o en un elemento semisólido.



Los aceites parcialmente hidrogenados se usan en los alimentos procesados porque ayudan en la fabricación de productos alimenticios de alta calidad; que se mantienen frescos durante más tiempo y tienen una textura más apetitosa. No siempre es posible reemplazar a los aceites no hidrogenados debido a las diferencias en las maneras en que dichos aceites funcionan para producir alimentos aceptables.



Por ejemplo, al usar aceite vegetal parcialmente hidrogenado para elaborar algunas margarinas, los fabricantes pueden producir un aderezo untable que tiene menor contenido de grasa saturada que la manteca y que se puede usar bien si lo retira del refrigerador. De la misma forma, los fabricantes pueden producir grasa para freír papas, hojaldradas bases para tartas y crocantes galletas saladas. Los productos que se fabrican con aceites parcialmente hidrogenados no se ponen rancios (las grasas adquieren un sabor extraño) tan rápidamente como aquéllos que se fabrican usando aceites no hidrogenados. Los alimentos que contienen estos aceites deben mencionar en su etiqueta nutricional "aceite vegetal parcialmente hidrogenado".



¿Se usan los aceites parcialmente hidrogenados por algún otro motivo?



Las grasas y los aceites que contienen grasas trans se usan para sustituir a las grasas para hornear y freír que contienen niveles más altos de grasas saturadas. Algunos ejemplos de grasas con niveles más altos de grasas saturadas incluyen a las grasas vacunas, manteca y otros aceites vegetales altamente saturados como el de palma, nuez de palma y aceites de coco. A mediados de la década del 80, la industria alimenticia respondió a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y a los intereses de los consumidores para tratar de reducir la cantidad de aceites altamente saturados y de grasas animales que se utilizaban en los alimentos. La mejor alternativa, y en muchos casos la única, era reformular los productos y reemplazar las grasas altamente saturadas por aceites vegetales parcialmente hidrogenados.



¿Qué efecto tienen en el colesterol de la sangre las grasas trans, las grasas saturadas y el colesterol dietético?



Recientemente, el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias llegó a la conclusión de que las grasas saturadas, las grasas trans y el colesterol dietético aumentan el nivel del colesterol LDL ("malo") en la sangre. Además, existen evidencias que sugieren que el consumo de grasas trans disminuye el nivel de colesterol HDL ("bueno").



¿Cómo se relacionan el colesterol de la sangre y las enfermedades cardíacas?



El nivel elevado de colesterol en la sangre es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Las personas que tienen altos niveles de colesterol son más propensas a desarrollar este tipo de enfermedades.



¿Qué otros factores juegan un papel importante cuando hablamos de enfermedades cardíacas?



Las enfermedades cardiovasculares son muy complejas. Pese a que las grasas que circulan en la sangre, como lo es por ejemplo el colesterol, juegan un papel importante en el desarrollo de estas enfermedades. Existen otros muchos factores que influyen, como lo es la diabetes, la hipertensión, la formación de coágulos, el sexo, la edad y los factores hereditarios. Además, existen factores típicos del estilo de vida, que no se relacionan con la dieta, y que también influyen. Las investigaciones demuestran claramente que aumentar la actividad física y mantener un peso saludable son factores muy importantes para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.



¿Debo reducir el consumo de grasas trans?



El Instituto de Medicina (IOM), por sus siglas en Inglés, recomendó recientemente reducir al mínimo indispensable el consumo de grasas trans, grasas saturadas y colesterol, aunque sin dejar de consumir una dieta nutricionalmente adecuada. Debido a que las grasas trans, las grasas saturadas y el colesterol son componentes difíciles de evitar en una dieta común no vegetariana, el tratar de no consumir alguno de ellos implicaría modificar significativamente la dieta. En opinión del IOM, ese tipo de cambios pueden tener efectos no deseados que pueden conducir a consumos inadecuados de proteínas y de otros micro nutrientes. Se requiere más investigación para determinar cuáles son los niveles reales de grasas trans, saturadas y colesterol que sean consistentes con una dieta nutricionalmente adecuada para los diferentes grupos de población.



La contribución de grasas saturadas en la dieta del estadounidense medio es mucho mayor que la de las grasas trans. Estos consumen entre 5 y 6 veces más grasas saturadas que grasas trans.



¿Cómo puedo reducir la cantidad de grasas trans en mi dieta?



Para disminuir la cantidad de grasas trans de la dieta le aconsejamos seguir las siguientes pautas de los profesionales de la salud:



•Reducir el consumo de grasas totales lo ayudará a disminuir el consumo de grasas saturadas, grasas trans y colesterol.

•La reducción del consumo de grasas trans no se debería lograr simplemente eliminando de nuestra dieta los alimentos con alto contenido de grasas saturadas.

•Sí se pueden eliminar las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, siempre y cuando el consumo de grasa total se mantenga moderado.

¿Qué alimentos puedo elegir para ayudar a disminuir el consumo de grasas saturadas y grasas trans?



•La mayoría de los aceites vegetales comestibles tienen bajo contenido de grasas saturadas y no tienen grasas trans. Por ejemplo, aceite de soja, canola, maíz, oliva, azafrán y girasol.

•La margarina y productos similares contienen menor cantidad de grasas saturadas que productos tales como la manteca o la grasa vacuna sólida. Y muchos productos tipo margarina tienen bajo contenido de grasas trans o directamente no la incluyen entre sus componentes. Recuerde que las versiones líquidas y con menor contenido graso de las margarinas no pueden utilizarse en recetas en las que se requiera grasa vacuna, manteca o margarina sólida.

•Las nuevas tecnologías de elaboración que existen en la actualidad han producido algunos productos libres de grasas trans. Es probable que otros productos similares vayan a estar disponibles en el mercado en un futuro cercano.

•Para disminuir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, puede probar las versiones "livianas" con bajo contenido de grasa o directamente desgrasadas y sin grasas trans de los alimentos que consume habitualmente.

Fuente
IFIC Foundation
http://www.ific.org/